La intención del Ejecutivo es acabar con el actual sistema de bases de cotización de los autónomos para establecer un nuevo sistema de tramos según el cual, cada trabajador autónomo cotizaría según sus ingresos reales.
Al parecer, la pretensión es crear siete tramos progresivos de cotización con un funcionamiento similar al los tramos del IRPF.
A pesar de que como ya expresó el presidente de ATA, Lorenzo Amor, “tiene todo el sentido que quien gane más, pague más y quien gane menos, pague menos», considera que no es el momento adecuado para hacerlo, además de que “en el contexto actual no parece factible desde un punto de vista operativo y práctico” debido a las dificultades técnicas que conlleva el poder determinar cuáles son los ingresos de los autónomos a tiempo real.
El sistema no cuenta con la aprobación de los afectados
Estas dificultades vendrían dadas porque los rendimientos netos conocidos serían los del ejercicio anterior, «por ejemplo, 2019 no tendría en cuenta el efecto COVID-19 sobre los ingresos, cuando el 80% de los autónomos ha visto disminuir su facturación en lo que va de año».
Este sistema no cuenta con la aprobación de los afectados, además de por lo anteriormente mencionado, porque se les ha mantenido completamente al margen de la negociación en un tema tan crucial para el colectivo, ya que según ATA, supondría el aumento de las cotizaciones para el 70% de los autónomos en un momento en que el que están pasando momentos muy complicados. ”Lo decimos alto y claro, no vamos a apoyar ningún cambio en el sistema de cotización de los autónomos que implique un aumento de las cuotas. Ni es el momento ni pueden los autónomos, que están asfixiados. Hay que bajar cuotas, no subirlas a nadie», es la afirmación hecha por Lorenzo Amor, presidente de ATA.
La situación es tan complicada para el colectivo que advierten, además, de la probable salida forzosa del sistema de muchos autónomos hacia la economía sumergida ya que no podrían hacer frente al pago de las cuotas, lo cual produciría una menor recaudación, con lo que se conseguiría justo el efecto contrario al buscado con esta medida.
Desde la anterior crisis, la cuota de autónomos ha ido subiendo de forma considerable de modo que solo en la última década, acumula una subida del 14,1%.
El plan parece ser que no está cerrado, así que habrá que esperar para saber cuales van ser los cambios reales que se van a aplicar y las consecuencias que tendrán sobre los aproximadamente tres millones de trabajadores autónomos con los que cuenta España y todos los trabajadores que directa o indirectamente dependen de ellos.
